El acto se produjo en el último día en el poder de Peña Nieto, cuyo sucesor, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, se sumó a la renegociación del pacto en su recta final y apoyó el acuerdo comercial resultante.
Trump insistió en renegociar el TLCAN, en vigor desde 1994 y que engloba un billón de dólares anuales en intercambios, por considerarlo un «desastre», y ha presentado el nuevo pacto como un enorme triunfo de su postura proteccionista en materia comercial.
Ciudad de México/Buenos Aires, 30 de noviembre (SinEmbargo/EFE).– Estados Unidos, México y Canadá firmaron hoy en Buenos Aires el acuerdo comercial conocido como T-MEC, que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y que aún debe ser ratificado por los Congresos de los tres países norteamericanos para entrar en vigor.
El representante de comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer; el Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, y la Ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, rubricaron el pacto en Buenos Aires, al margen de la cumbre de líderes del G20.
La firma se produjo después de que los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y México, Enrique Peña Nieto, y el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, dieran sendos discursos y rubricaran un documento simbólico en el que instruían a sus ministros a suscribir el pacto comercial.
El Presidente mexicano pareció algo confundido durante la ceremonia. Trump le extendió la mano, pero Peña estaba ocupado saludando a su propio Secretario de Economía. Y antes, Peña pareció llamar a Trudeau para que abriera el documento signado; el Primer Ministro de Canadá al parecer no lo escuchó. El mandatario mexicano abrió el acta de firma y luego la cerró y cuando menos pensó sus contrapartes ya se estaban poniendo de pie.
NO SEAN ASÍ …
¡Ya hicieron encabronar a @EPN!
— Risco (@jrisco) 30 de noviembre de 2018
No es algo raro para los mexicanos. Peña ha dado este tipo de tropiezos muchas veces en su historia como Presidente. El acto se produjo en el último día en el poder de Peña Nieto, cuyo sucesor, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, se sumó a la renegociación del pacto en su recta final y apoyó el acuerdo comercial resultante.
Trump insistió en renegociar el TLCAN, en vigor desde 1994 y que engloba un billón de dólares anuales en intercambios, por considerarlo un «desastre», y ha presentado el nuevo pacto como un enorme triunfo de su postura proteccionista en materia comercial.
Aunque México y Canadá habían exigido como requisito para firmar el pacto que se les eximiera de los aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 por ciento a las de aluminio impuestos por Estados Unidos, finalmente se plegaron a rubricarlo sin haberlo logrado.
Jesús Seade, el jefe negociador del gabinete de López Obrador, dijo hoy a EFE tras la firma del pacto que espera que «este año», antes de que comience 2019, se llegue a un acuerdo para que Estados Unidos levante esos aranceles.
Entre los cambios más importantes del T-MEC, conocido en inglés como USMCA, figura la norma de que al menos el 75 por ciento de las partes de los automóviles deben ser fabricadas en Norteamérica, frente al 62.5 que establecía el TLCAN.
Además, entre el 40 y el 45 por ciento del vehículo tendrá que ser producido por trabajadores que ganen como mínimo 16 dólares la hora.
El pacto ofrece igualmente un mayor acceso al mercado canadiense a los productores lácteos estadounidenses, e incluye nuevas provisiones sobre comercio digital y propiedad intelectual.
Su ratificación en el Congreso de Estados Unidos es incierta, dado que con toda probabilidad no se examinará en el Capitolio hasta el año que viene, cuando una nueva mayoría demócrata tomará las riendas de la Cámara de Representantes.